Mitos y realidades del Parkinson
El PARKINSON es un trastorno neurodegenerativo que afecta a las células nerviosas en el cerebro que controlan el movimiento. Es el más común después del Alzhéimer y está sobrevalorado por una cantidad incontable de mitos. Hablamos con el neurólogo clínico Dr. Francisco Lopera Coordinador del GNA, quien desmiente y aclara los mitos y realidades más comunes sobre la enfermedad.
¿Es la edad la causa del Parkinson?
Falso, existen varias causas por las cuales se puede presentar el Parkinson:
Parkinson juvenil: Se presenta en jóvenes entre los 15-16 años, es de causa hereditaria y debe tratarse durante toda la vida.
Parkinson Idiopático: No se conoce una causa específica de la enfermedad.
Parkinson hereditario: Es originado por la presencia del gen PARK2, para su diagnóstico es necesario realizar una prueba de sangre que determine si el gen está presente y confirmar con el historial familiar (casos presentados).
¿No tiene cura?
Verdadero, por ser una enfermedad neurodegenerativa no tiene cura. La presencia de signos y síntomas es progresiva y afecta cada vez más la vida del paciente. Si se realiza el correcto tratamiento puede ser más llevadera.
¿Su tratamiento es exclusivamente farmacológico?
Falso, el Parkinson es la enfermedad neurodegenerativa más tratable de todas, puede contar con un tratamiento farmacológico (con medicamentos de por vida) y no farmacológico (terapéutico y fisioterapia) para contrarrestar sus signos, esto depende del nivel en el que se encuentre.
¿Solo se presenta en adultos mayores?
Falso, aunque generalmente se presenta en adultos entre los 50 y 60 años, puede presentarse como Parkinson juvenil en personas entre los 15-16 años y en personas de cualquier edad si es de tipo idiopático.
¿El Parkinson afecta la memoria?
Falso, las personas con Parkinson presentan rigidez en todo el cuerpo, esto puede dificultar el habla pero cognitivamente el paciente piensa y razona normalmente.
Según el Dr. Francisco Lopera, el Parkinson no es evitable pero se pueden tener cuidados durante toda la vida para que su aparición sea menos nociva, algunos de ellos son:
• Realizar ejercicio físico frecuentemente.
• Dormir bien, mínimo 8 horas diarias.
• Tener una alimentación balanceada rica en frutas y verduras.
• Reducir el estrés.
• Ser muy activo física, mental, social y afectivamente.
Fuentes
Dr. Francisco Lopera
· Neurólogo Clínico.
· Coordinador Grupo de Neurociencias de Antioquia GNA.
· Investigador principal API.
· Perteneciente a la Facultad de Medicina UdeA.